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miércoles, 28 de abril de 2010

CON OBAMA, WALL STREET ES UNA FIESTA


Juan Luis Berterretche
Correspondencia de Prensa


Mientras Wall Street está a punto de crear una nueva bolsa para especular con las taquillas de películas de Hollywood, las compañías de seguros destapan champagne por la ley sanitaria que Obama les concedió y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) sale de la inopia y acusa de fraude a Goldman Sachs (pero no por la maniobra de la deuda griega). Entretanto, los banqueros resisten con éxito cualquier regulación.




Wall Street quiere especular con las taquillas de películas de Hollywood



Dos propuestas de empresas que quieren lanzar bolsas financieras que les permiten a los inversionistas especular sobre las perspectivas de taquilla de películas de Hollywood al comprar y vender contratos a futuro, están para ser aprobadas por la Comisión de Corretaje de Futuros de Commodities (CFTC, por sus siglas en inglés).



La Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, por sus siglas en inglés); El Sindicato de Directores de EEUU, la Alianza Independiente de Film & Televisión, la Alianza Internacional de Empleados del Escenario Teatral y la Asociación Nacional de Propietarios de Cine han pedido a la CFTC que postergue la decisión sobre las propuestas. Presumen que esa “bolsa” se va a transformar en un burdel de apuestas influyendo directamente sobre el éxito o fracaso de las películas. De ahí no es difícil suponer que aumentarían para Wall Street las posibilidades de manipular en todo sentido a la industria cinematográfica. Greg Frazier, vicepresidente ejecutivo de la MPAA, afirmó en un comunicado: "Cualquiera que haya seguido la crisis de los mercados financieros, y los problemas que esto le causó a la gente en todo EEUU, sabe lo importante que es asegurarse de que el establecimiento de nuevos mercados financieros no le abra la puerta a la especulación descollante y la irresponsabilidad financiera".



Y el riesgo no es sólo para Hollywood. El corretaje de derivados sobre películas podría ampliarse y significar una amenaza para toda la industria del entretenimiento. Trend Exchange, una división de Veriana Networks, una empresa de medios y tecnología, espera la aprobación regulatoria para una bolsa de futuros de películas que iniciaría operaciones este año. La firma cree que podría terminar por facilitar el corretaje de futuros en series de televisión, música y otras facetas de la industria del entretenimiento.



Por su parte la firma de Wall Street, Cantor Fitzgerald planea comenzar el corretaje de futuros de películas en su Bolsa Cantor a fines de abril. La Bolsa Cantor usaría un formato similar al de HSX.com, el sitio de juegos en línea de la firma, donde los jugadores usan dinero simulado para comprar y vender acciones de actores, directores, películas por estrenarse y opciones relacionadas a películas.



Los financistas de Wall Street siguen obsesionados por el lanzamiento de insanos derivados, inflar posibles burbujas y sumergirse en destructivas aventuras especulativas. Sólo les preocupa desenvolver a pleno su rol de consumados parásitos.



Ley de Salud: Obama postrado ante Wall Street




Con esta ley que pretendió presentarse como una decisión histórica “las compañías de seguros privadas se embolsarán al menos 447 mil millones de dólares de los contribuyentes destinados a subvencionar la compra de sus pólizas de seguro. Este dinero reforzará su poder financiero y político y, así, su capacidad de bloquear toda nueva reforma”. (1) No casualmente el precio de las acciones de las mayores compañías de seguros sanitarios se dispararon al día siguiente de Obama firmar la Ley de Reforma Sanitaria.



“Alrededor de 23 millones de personas permanecerán sin seguro estos nueve próximos años. Eso tendrá como consecuencias 23.000 muertes al año (las que habrían podido evitarse con una cobertura universal) y una suma incalculable de sufrimientos.” Es decir, más de siete “11 de setiembre” anuales sin himno, manos en el corazón y agitación de banderitas estadounidenses.



“Las personas cubiertas por medio de sus empleadores seguirán siendo prisioneras de las redes de prestadores de servicios a las cuales su seguro da derecho; harán frente a costos que crecerán y a una erosión continua de las prestaciones garantizadas.”



Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) EEUU está en el lugar treinta y siete del mundo por la calidad de su atención sanitaria. No participa del listado de los 25 países más “avanzados”. Esta detrás de Costa Rica, pero algo mejor que Eslovenia. El malgasto en salud de EEUU es escandaloso. Hasta ahora eran 6.096 dólares per cápita por año, con el agregado que no prestaban el servicio a cerca de 50 millones de habitantes. Es decir, que el gasto era aún mayor (más de 7.000 U$S por persona cubierta) si contamos sólo los 250 millones que recibían la pésima atención de salud que presta EEUU. Entre los 20 primeros países con desenvolvimiento humano elevado el promedio de gasto por persona por año es de 3.029 dólares. Y en ningún hospital de esos 20 países se mete a los enfermos en un taxi para que los abandone en el suburbio en bata hospitalaria y descalzos, como hacen habitualmente las Organizaciones de Mantenimiento de la Salud (HMO por su sigla en inglés), seguros privados de salud, cuando consideran que el seguro dejó de cubrir la internación.



Las compañías farmacéuticas también salen airosas: la ley impide la importación de idénticos fármacos más baratos, no autoriza al gobierno a negociar descuentos de precios, y extiende el monopolio de protección de patentes sobre los fármacos biológicos contra la competencia de los genéricos.



Para la asociación estadounidense de Médicos para un Programa Nacional de Salud, “al sustituir a los aseguradores privados por un sistema de financiación público y racionalizado, nuestra nación podría ahorrar cada año 400 mil millones de dólares de costos administrativos, lo que es un derroche inútil. Eso bastaría para ofrecer una cobertura de salud a todas las personas que no se aseguran hoy, y para mejorar la cobertura de las y los que ya tienen un seguro, sin tener que aumentar un céntimo el gasto global de Estados Unidos para la salud. Por fin, solamente un sistema con un solo pagador permite disponer de herramientas eficaces para controlar los costos: compras al por mayor; honorarios negociados; presupuestos globales para los hospitales; planificación de las inversiones”.



Goldman y Paulson & Co. salieron a cazar incautos



La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) que hasta ahora ponía cara de paisaje frente a las estafas financieras de los banqueros (2), despertó de su inopia y demandó a Goldman Sachs por uno de los variados fraudes cometidos que condujeron a la crisis económica globalizada.



En el ilusorio auge del mercado inmobiliario, el gerente de fondos de cobertura John Paulson (no confundir con el ex secretario del Tesoro Henry Paulson) quería apostar a favor de un colapso de dicho mercado, que era previsible para los entendidos. Para mediados de 2006, Paulson & Co. había comprado seguros contra valores hipotecarios de miles de millones de dólares que le reportarían jugosas ganancias si las hipotecas entraban en problemas, según la propia firma. Paulson, no obstante, quería más, pidió a varios bancos, incluyendo Goldman Sachs Group Inc., que estructuraran valores que incluyeran las hipotecas de peor calidad. El plan era apostar contra dichas inversiones y esperar el estallido de la burbuja inmobiliaria, que fue exactamente lo que pasó. Goldman Sachs y Deutsche Bank AG estuvieron entre los que decidieron participar. Goldman Sachs y Deutsche Bank acordaron crear grandes fondos de activos, conocidos como obligaciones de deuda garantizada (CDO, por sus siglas en inglés), contra los que Paulson & Co. apostaría al comprar seguros contra cesaciones de pagos (CDS).



Goldman contactó con una firma llamada ACA Management, con "experiencia analizando riesgo crediticio" en valores residenciales garantizados por hipotecas, para seleccionar los títulos que constituirían los activos que respaldarían el “paquete”. Paulson y ACA colaboraron para seleccionar los bonos menos confiables a incluir en la cartera.



Goldman Sachs ofreció el “brulote” denominado Abacus 2007-AC1 como inversión a sus incautos clientes asegurando que “el interés económico de la compañía que seleccionó la cartera se ajustaba al de los inversionistas". En cuestión de meses, el portafolio perdió valor cuando muchos prestatarios de hipotecas de alto riesgo o subprime dejaron de pagar sus mensualidades. Los inversionistas en los CDO perdieron más de US$1.000 millones, lo que se tradujo en unas ganancias de unos US$1.000 millones para Paulson. Como es evidente, esta fue una de las tantas estafas similares que pergeñó Goldman Sachs. Fue con los seguros contra cesaciones de pagos (CDS) que compró Goldman Sachs para cubrir los derivados de hipotecas fallidas, que el banco empujó al abismo a American International Group Inc. (AIG). AIG quebró y fue rescatada por el gobierno para que pudiera cubrir sus deudas por seguros (CDS) con Goldman Sachs. (3)



Para la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) el fraude ocurrió, porque Goldman nunca informó a los inversionistas de los CDO el papel de Paulson en crear el grupo de activos inmobiliarios envenenados. La agencia no acusó ni a Paulson ni a ACA Management porque su conspiración fraudulenta no está penada por las leyes estadounidenses. Tampoco a las agencias calificadores de riesgo Moody's Corp. y Standard & Poor's que otorgaron una triple A (la más alta) al “petardo basura” Abacus. Paulson & Co. ganó en 2007 US$15.000 millones en sus apuestas contra el mercado de bienes raíces, de los cuales el propio Paulson obtuvo US$4.000 millones.



Goldman Sachs y la deuda griega



Goldman Sachs ayudó a que el gobierno griego ocultara la verdadera magnitud de sus déficits con la creación de contratos de derivados que permitieron eludir las normas de control. Grecia entregaba información estadística a la Unión Europea de una manera que no tenía cómo ser contrastada con la realidad. Como las normas de Maastricht amenazan con aplicar fuertes multas a los países miembros del euro que superen el límite del déficit presupuestario del 3%, Grecia recurrió al malabarismo financiero que le ofreció el banco estadounidense, hasta el momento, principal ganador con la crisis financiera.



Las operaciones de cosmética contable se iniciaron en el año 2002. En una ocasión todos los gastos militares fueron sacados de balance y en otro los miles de millones de euros de la deuda hospitalaria. La ayuda de Goldman permitió crear figuras invisibles a los ojos de los controladores: los complejos derivados financieros con los cuales el gobierno podía obtener liquidez en préstamos diferidos a 30 años.



Goldman ideó un tipo especial de cambio para Grecia que le permitía acceder a créditos adicionales de hasta mil millones de euros. Este crédito se disfrazaba como intercambio y no aparecía en la deuda griega. Italia empleó un truco similar para enmascarar su verdadera deuda pública. En el caso de Grecia, el déficit fiscal que presentó el año 2002 fue de 1,2% del PIB. De acuerdo a los registros actuales el déficit para ese año llegó al 6,1% (seis veces el valor declarado) en 2007 y 2008 fue superior al 12% y en 2009 alcanzó el 14%. Esta operación de ocultamiento del real déficit fiscal permitió a Goldman, y al Gobierno griego obtener un mejor precio por los bonos. Goldman ganó unos 735 millones de euros con la colocación de bonos griegos desde 2002.



Pregunta capciosa: ¿Quién era el presidente de Goldman Sachs en 2001, cuando empezó todo este engaño? Tomen asiento, respiren hondo, ahí va: Henry Paulson. Si, Paulson que dejó la presidencia de Goldman Sachs en 2006 para ser secretario del tesoro de Bush junior. Un fundamentalista de libre mercado, artífice de la crisis financiera e iniciador del rescate billonario de sus amigos, los banqueros quebrados.




La ilusa “regulación” del mercado financiero



"A medida que la banca se hizo más complicada, más prestigiosa y más lucrativa, la ideología de Wall Street, aquella que indica que las innovaciones ilimitadas y los mercados financieros sin regulación alguna eran buenos para Estados Unidos y el mundo, se convirtió en la posición de consenso en Washington y en ambos extremos del espectro político" (4). El actual secretario del Tesoro Timothy F. GeithnerTim Geithner –economista supra partidario-, “persuadió” a Wall Street de apropiarse de los derivados de crédito cuando era presidente del banco de la Reserva Federal de N. York (5).



Con US$1,2 billones (millones de millones) en fondos de los contribuyentes inyectados a los mercados financieros durante los últimos dos años, la influencia de Wall Street lejos de disminuir, ha aumentado. El lobby de los bancos en el Congreso es el más poderoso, más influyente y más hábil. En el gobierno Obama tienen al titular de economía Tim Geithner y la mayoría de los asesores económicos de la Casa Blanca: Robert Rubin, Lawrence Summers, etc. E impusieron la reelección del fundamentalista monetario Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal de EEUU. El dúo Alan Greenspan/Ben Bernanke desde la Reserva Federal operó como agente directo de los bancos comerciales: “perpetrando fraude, protegiendo sus ventas de activos tóxicos contra los intereses de los consumidores y aun contra la propia solvencia de la economía”(6).



La banca estadounidense tutela la orientación del gobierno. A través de su lobby y sus contribuciones puede dar forma a sus propias reglas y conducir a la economía a través de ciclos de burbujas, de crisis financieras beneficiosas para los grandes banqueros (7) y de ajustes retrógrados de los mercados de capitales, de mercancías y de trabajo.



El capital financiero representa cerca de un quinto del Producto Interno Bruto de EEUU y controla US$8,5 billones en activos, 63% del PIB del país. Wall Street domina Washington y este actúa sumiso como un brazo de los banqueros. Por eso la supuesta regulación del capital financiero por el gobierno Obama es una ilusión que sólo puede terminar en fiasco.

Notas



1/ Los entrecomillados de este subtítulo pertenecen a la posición difundida el 22.03.2010 por los responsables de la asociación Physicians for a Nacional Health Program (Médicos para un Programa Nacional de Salud), asociación que agrupa a 17.000 médicos en los Estados Unidos y lucha desde hace años para la instauración de un seguro nacional de salud pública, que garantice a toda la población una cobertura completa de sus gastos de salud.
2/ La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (Securities and Exchange Commission - SEC), incluso se negó a intervenir cuando fue advertida sobre la estafa de Barnie Madoff,
3/ El golpe de los seguros de Goldman Sachs contra AIG fue estimado en principio en 12.900 millones de US$, pero puede ser mayor.
4/ Simon Johnson y James Kwak 13 Bankers: The Wall Street Takeover and the Next Financial Meltdown, (13 banqueros: la toma de Wall Street y el próximo colapso financiero)
5/ Jenny Anderson, Calmo antes y durante una tempestad The New York Times, 9 de febrero de 2007 http://www.nytimes.com/2007/02/09/business/09credit.html

6/ Michael Hudson, Wall Street, al asalto del poder: las revelaciones de Sheila Bair ante el Congreso. www.sinpermiso.info Michael Hudson es un ex economista de Wall Street. Investigador y profesor distinguido en la Universidad de Missouri, Kansas City (UMKC), es autor de muchos libros, entre ellos: Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire (new ed., Pluto Press, 2002) y Trade, Development and Foreign Debt: A History of Theories of Polarization v. Convergence in the World Economy.
7/ Desde enero de 2008, 165 bancos han quebrado en EEUU. El gobierno a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) subasta los bancos fallidos entre las demás instituciones financieras. De esta forma, esta crisis ha conducido a una colosal concentración bancaria.

Noticia publicada en Rebelión http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104887