Reproducción artística del asteroide 24 Temis /Gabriel Pérez, Instituto de Astrofísica de Canarias
JUDITH DE JORGE | MADRID
Actualizado Miércoles , 28-04-10 a las 23 : 03
Los asteroides pueden no ser los oscuros, secos y sin vida trozos de roca que los científicos han descrito durante mucho tiempo. Científicos de la Universidad de Tennessee, en Knoxville (EE.UU.) han encontrado evidencias de agua helada y materia orgánica, elementos esenciales para la vida, en el asteroide 24 Temis. La investigación, publicada en la revista Nature, respalda la idea de que estas rocas espaciales pudieron ser las responsables de traer el agua y compuestos vitales a la Tierra.
El responsable de la investigación, Josh Emery, y su equipo utilizaron el telescopio infrarrojo de la NASA en Mauna Kea, Hawaii, para examinar la superficie del Temis, un gigantesco asteroide de 200 kilómetros de ancho que se sitúa a medio camino entre Marte y Júpiter. Al medir el espectro de la luz infrarroja reflejada en el objeto, los investigadores encontraron una fina capa de hielo y material orgánico.
«Los elementos orgánicos que detectamos parecen ser una larga y compleja cadena de moléculas. Una lluvia de meteoritos sobre una Tierra yerma podría haber dado un gran impulso al comienzo del desarrollo de la vida”», explica Emery.
El hallazgo fue una sorpresa porque la superficie del asteroide es demasiado cálida para que el hielo se mantenga durante mucho tiempo. «Esto significa que el hielo es bastante abundante en el interior de Temis y quizás también de otros asteroides», apunta el científico. La proximidad de Temis al Sol provoca que el hielo se evapore. Sin embargo, la investigación sugiere que el hielo puede permanecer en los asteroides miles de millones de años según la latitud en la que se encuentren.
El 24 Temis es uno de los más grandes del cinturón principal de asteroides / Josh Emery / University of Tennessee, Knoxville
Choque con basura espacial
Lo que ocurre es que el hielo se repone regularmente. Los científicos creen que esto ocurre por un proceso de «desgasificación», por el que el hielo enterrado en el asteroide se escapa a la superficie. Esto puede ocurrir lentamente a medida que el vapor migra a través de los agujeros, o de forma repentina, cuando el asteroide es golpeado por basura espacial. Como Temis es parte de una familia de asteroides que fue formada por un gran impacto y la subsecuente fragmentación de un cuerpo más largo hace tiempo, el escenario tiene profundas implicaciones en cómo se formó nuestro Sistema Solar.
El descubrimiento de abundante hielo en Temis demuestra que el agua puede ser mucho más común en el cinturón principal de asteroides de lo que se pensaba. De igual forma, estos elementos esenciales para la vida pueden ser más comunes cerca de la zona habitable de cada estrella, lo que aumenta las esperanzas de que no seamos los únicos seres que respiran en el Universo. «Los próximos años serán verdaderamente emocionantes en la investigación de si estos bloques de construcción de la vida han realizado su magia allí también», aseguran los científicos.
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