domingo, 11 de abril de 2010

BREVE ANÁLISIS DEL HIMNO NACIONAL DEL PERÚ


Escucha en el siguiente audio un breve análisis al respecto:






Es interesante el siguiente artículo publicado en la revista Caretas Nº 2031

"EL Himno Nacional no tuvo hasta 1913 una versión oficial de la forma en que debe ser ejecutado. Ahora, casi 100 años después, se usa una versión pirata. Esto hubiera seguido inadvertido si no fuera porque el Maestro Miguel Harth-Bedoya, un incansable promotor de la música peruana, decidió tocar el Himno Nacional, en los Estados Unidos, para el estreno de la Sinfonía “Junín y Ayacucho��?, de Enrique Iturriaga, que cita temas de la música de Alcedo. Para ello quiso contar con partituras impresas y encuadernadas como Dios manda

En eso, MHB recibió en facsímil la partitura preparada por Claudio Rebagliati en 1869, que es oficial desde 1901, e intangible por ley desde 1913. MHB, que ha dirigido el himno innumerables veces, comprobó que dicha versión no se toca. La Orquesta Sinfónica Nacional tiene la que supuestamente preparó el austriaco Leopold Weninger. MHB dirigirá la versión oficial del himno nacional este 18, en el concierto por el centenario del Conservatorio Nacional de Música. Aquí un repaso de los hechos. Desde el principio.

Apenas proclamada la independencia, San Martín convocó un concurso para seleccionar la música y la letra de la Marcha Nacional. Entre siete composiciones, el Libertador, oficiando de juez, jurado y perito escogió, en el acto, la de José Bernardo Alcedo. Su estreno oficial fue el 23 de septiembre de 1821.

Alcedo se afincó en Chile, desde 1922, por las siguientes cuatro décadas. Mientras tanto, su partitura se distribuyó a las reparticiones con los medios de entonces, que eran los de la buena de Dios, porque el gobierno controlaba sólo una fracción del territorio. Algunas dependencias ni siquiera la recibieron, sino que se agenciaron adaptaciones o versiones de oídas. Sin árbitro para las diferencias, por ausencia del compositor, las versiones se multiplicaron. Para su ejecución, el monopolio del gusto lo ejercían los jefes militares, y eso, en los albores de la república, era cosa seria.

El país comprendía ocho provincias, y el centralismo estaba muy lejano. Según el censo de 1927, la capital albergaba apenas al 4% de la población total, sin llegar a 60,000 habitantes, Arequipa tenía poco más de 50,000, Cusco bordeaba los 40,000, y las capitales provinciales, como Huamanga y Trujillo, rondaban los 20,000. Los jefes militares tenían la facultad de imponer exacciones y levas. Las tropas eran soldadescas carentes de disciplina, de pertrechos y hasta de paga, pero sobradas de impedimenta, porque el alistado se incorporaba a filas con la familia y todos sus trastos. Por eso, una campaña no parecía un despliegue militar, sino la procesión de una población nómada.

Desde la partida de Bolívar, en 1826, hasta 1845, el Perú tuvo cinco constituciones, diecinueve presidentes militares y tantas versiones del himno nacional como cuarteles y prefecturas. Recién en la década de 1860 se decidió que el himno tuviera una versión oficial, aprovechando que Alcedo había vuelto al país en 1864.

La partitura para el director de orquesta es parecida a los diagramas de barras que se usan para programar actividades. Pero en la partitura, en lugar de barras hay pentagramas con notas e instrucciones acerca de cuánto, cuándo y cómo debe ejecutar su parte cada instrumento. Por lo tanto, un cambio en la instrumentación modifica la percepción de la música, aunque ella siga siendo la misma. Para que la versión oficial del himno respetase la original, se requería de Alcedo. Sin embargo, a esas alturas el compositor se aproximaba a los 80 años, y carecía de contactos locales. Por ello se llamó a Claudio Rebagliati, un joven músico italiano llegado al Perú en 1863, procedente de Chile.

Rebagliati terminó su encargo en 1869, entregando la partitura completa para piano y orquesta. No obstante, su aprobación demoró hasta 1901, cuando una resolución de López de Romaña le dio reconocimiento oficial y, finalmente, en 1913, la ley Nº 1801 la declaró intangible. Aparentemente, para algunos fue difícil aceptar como versión oficial del himno la de un extranjero, reconocido como compositor de zamacuecas, que a su paso por Chile había absorbido los aires e influencias musicales de dicho país. La ley de 1913 debió zanjar el tema, pero no fue así, porque hay dos versiones del himno.

La versión oficial es la restauración e instrumentación que hizo Rebagliati, quien recuperó lo que pudo de la partitura original, y orquestó lo restante, con la aprobación del compositor. La de la OSN es la música de Alcedo orquestada por Leopold Weninger, de Breitkopf und Härtel. Herr Weninger fue, por cierto, un arreglista que trabajó para esa importante editora de música centroeuropea, y orquestó varias obras, incluyendo la famosa Marcha Radetzky, de Johann Strauss I. Por lo tanto, tenía pergaminos para el trabajo que se le atribuye. Pero ¿lo hizo? El detalladísimo catálogo de B&H no lo menciona ni por asomo. Los nombres germanos habrían servido para darle bautizo de postín a una partitura que ingresó de contrabando.

En 1950, el gobierno confirmó la intangibilidad del himno. Para hacerlo, se apoyó en la opinión de José María Arguedas, a la sazón funcionario del Ministerio de Educación. Por una cruel ironía, la versión atribuida a Weninger, que quiebra la intangibilidad, está editada por la Casa de la Cultura (hoy INC), de la que Arguedas fue director.

¿Cómo resolver el asunto? Tal vez como en la milicia. Habría que dar de baja sumaria a la versión pirata, y restituir la oficial. Es lo que corresponde."




Noticia publicada en el diario La República, el 15 de Junio 2005, dando a conocer el fallo del Tribunal Constitucional respecto a la restitución de la 5ª estrofa:


Tribunal Constitucional ordena respetar letra original de Himno


Fallo define que se añada quinta estrofa dejada de usar por ley de 1913. Permite al Congreso agregar o quitar partes del himno que considere ofensivas para los peruanos.




DECLARA FUNDADA EN PARTE DEMANDA


Fallo define que se añada quinta estrofa dejada de usar por ley de 1913.
• Permite al Congreso agregar o quitar partes del himno que considere ofensivas para los peruanos.

Con el fallo que el Tribunal Constitucional (TC) ha emitido y declara fundada en parte la demanda de inconstitucionalidad presentada en setiembre del 2004 por el congresista Yonhy Lescano, en representación de 34 congresistas, se deja abierta la posibilidad de que la letra del Himno Nacional sea cambiada.

Con esta sentencia se restituye la quinta estrofa original del Himno Nacional, escrito por don José de la Torre Ugarte y que obra en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Este párrafo había sido excluido por la ley 1801 de 1913 que declaró intangible la letra del himno patrio y la oficializó.

Esta ley dejó fuera la quinta estrofa y más bien legalizó una que no pertenecía a José de la Torre Ugarte, es de autor anónimo y para entonces ya se cantaba por tradición: “largo tiempo el peruano oprimido...”.

Restituir estrofa

Precisamente, ante el uso de esta estrofa apócrifa en nuestro himno y además con una letra que –según su opinión– lesionaba la autoestima de todos los peruanos, el congresista Lescano pidió al TC retirar este párrafo y restituir la estrofa dejada de lado.

Pero su pedido solo fue atendido en parte por el TC. La sentencia también aclara que le corresponde al Congreso determinar las estrofas que deben ser tocadas y entonadas en actos oficiales y públicos. “En tanto ello no se produzca, se mantendrá la costumbre de entonar el himno como se ha venido haciendo”, dice el fallo.

Además ordena que en las publicaciones en donde se transcriba las letras del himno, se debe señalar que la estrofa adicionada es de autoría anónima y su inclusión se debe a la voluntad del Congreso, expresada en la ley 1801.

Con este fallo, el TC le ha dejado al Congreso la posibilidad de un cambio en el primer párrafo del himno. Hasta que eso pase, seguiremos cantando: “Largo tiempo el peruano oprimido”.

Discrepancia por una estrofa

La demanda fue presenta en setiembre del 2004 por 34 congresistas, el historiador Gustavo Pons Muzzo y el arquitecto Santiago Agurto, quienes piden la eliminación de la estrofa que dice: “Largo tiempo el peruano oprimido, la ominosa cadena arrastró, condenada a una cruel servidumbre, largo tiempo en silencio gimió“.

La estrofa original del himno de José de la Torre Ugarte dice: Ya el estruendo de broncas cadenas/ que escuchamos tres siglos de horror/ de los libres el grito sagrado/ que oyó atónito el mundo cesó./ Por doquier San Martín inflamado/ libertad, libertad pronunció/ y meciendo su base los Andes/ la enunciaron también a una voz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

POR FAVOR AYUDENME CON EL ANALISIS DE LA v ESTROFA DEL HIMNO NACIONAL

Anónimo dijo...

que bueno

Anónimo dijo...

AGUANTA EL HIMNO ARGENTINO....VAMOS NO MAS....VIVA LA PATRIA

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